Nicolás Manservigi hace su debut como columnista invitado, parte del segmento #ClassicalCrossoverThursday.


Lamentablemente, en la historia de la humanidad, pareciera ser que ni la música se encuentra exenta de ser «etiquetada» e incluso menospreciada, ya que desde sus orígenes y en distintos contextos sociales y culturales ha sufrido el prejuicio de algún sector de la sociedad. Tal es así que podríamos hablar de «música para ser escuchada por: élite, gente de bajos recursos o snobs» por nombrar algunos motes. O quizás podríamos hablar de géneros, subgéneros, derivaciones, fusiones, purismos; o de música popular, académica, de raíz, culta, folklórica, sacra, o tal vez de tendencias musicales de una época o modismos. 

La música es amplia, infinita, con posibilidad de ser combinada, experimentada, versionada lo que la hace resistente, plástica y de un potencial desconocido. Sólo basta mirar hacia atrás y en la actualidad, la cantidad de géneros y estilos existentes. Pero ¿Qué sucede cuándo surge un género que es capaz de combinar los elementos más destacados de un sonido, y que al combinarlo o enfrentarlo / fusionarlo con otros, resulta o revela algo mucho más poderoso? Sencillamente podríamos decir que nace una nueva corriente que reúne -en una fusión delicada y armónica- lo mejor de la música Pop con la elegancia y profundidad de la Lírica, o para ponerlo en etiquetas más conocidas; «Pop/Lírico, Pop operístico, Classical Crossover» donde el idioma también se torna flexible de ser reinterpretado o combinado, generalmente entre el italiano/inglés, español/italiano, o puramente italiano, inglés y español, aunque también hay piezas en alemán, portugués y francés. 

Pero es necesario entender algunas diferencias para luego poder comprender dónde radica el corazón de esta fusión que desde hace décadas viene ganando adeptos y artistas que se animan a hacerla. No es lo mismo el estilo que el género; a saber: el estilo es el sonido propio de un artista o su obra, es el carácter. Mientras que el género es algo que se «generaliza» y se repite o mantiene en distintas obras y artistas, como un patrón que reúne elementos similares. De allí que, desde hace años, hayan surgido combinaciones musicales realizadas por artistas famosos dando lugar al género Classical Crossover. Seguramente todos recordarán los conciertos multitudinarios de «Los tres Tenores» (Plácido Domingo, Luciano Pavarotti y José Carreras) donde de una forma innovadora para la época se atrevían a dar conciertos en lugares que habitualmente eran utilizados por músicos populares, como ser estadios y anfiteatros a cielo abierto, con orquesta en vivo y el detalle de estar todos amplificados, ya que no tenían el resguardo y la acústica de un teatro lírico. Los tres tenores combinaban a la perfección un repertorio que abarcaba las obras más populares con las arias de destacadas óperas. De esta forma lograron atraer masivamente a un público que quizás no estaba accediendo a dicho sonido, quizás por ignorancia, o tal vez por el prejuicio -que aún perdura- de que para entender la ópera o la música académica se debía tener algún concepto musical, lo cuál siempre ha sido un error. A ellos le siguieron nombres como Andrea Bocelli -actualmente considerado el rey de este género- por haber sabido combinar mejor que nadie los elementos más significativos y sensibles de ambos estilos musicales, ofreciendo discos donde reinaba un sonido fusionado, y donde además ofrecía duetos con cantantes populares como Marta Sánchez (Vivo per lei) o con figuras del musical (Sarah Brightman) quién ya venía también asomando al mundo del crossover. Luego aparecieron nombres como Emma Shapplin, aunque en un estilo denominado por ella como «Neoclásico», Mario Frangoulis, Josh Groban, Katherine Jenkins, sólo por nombrar a los más representativos del género. Los grupos no se quedaron atrás, y así como el pop tenía sus boys band, el Pop/Lírico vio nacer a agrupaciones como Il Divo, The Tenors, Il Volo, etc. Al comienzo fue -y aún sigue siendo- una experimentación donde las versiones de clásicos del cine, el pop, el musical y lo melódico eran el objetivo, pero luego empezaron a surgir composiciones propias, sobre todo provenientes de Andrea Bocelli. 

Sin embargo, en la actualidad, a pesar de que este género ha crecido mundialmente, sufre de ciertos prejuicios, quizás provenientes del mismo ambiente musical, disparado por colegas o por el público más purista, que, una vez más, actúa desde el desconocimiento, ya que pretenden que el Pop/Lírico tenga las mismas características de la ópera cuando no lo es, ni desde el estilo, ni desde las necesidades técnicas. Es decir; un cantante de ópera tiene una colocación vocal más elevada y sonora ya que con su instrumento debe atravesar a una orquesta completa y se ayudan o apoyan en una acústica natural provista por un teatro diseñado especialmente para este tipo de obras. Y, en el caso de un cantante de Classical Crossover, a pesar de estar entrenado con la misma técnica, el sólo hecho de estar fusionando y tomando elementos del pop, necesita llevar su sonido hacia un lugar más mezclado, entre lo suave y la colocación típica de un lírico. Además los lugares donde se presentan suelen estar desprovistos de acústica natural debido a su tamaño, no olvidemos que el género Classical Crossover, al menos en manos de sus representantes más famosos, tiene un caudal de audiencia presencial muchísimo más elevado que la representación de una ópera, por lo tanto comparar ambos géneros es entrar en una conversación que no tiene sentido ya que ambos coexisten sin perjudicarse entre sí. 

Este género simplemente surgió de la necesidad natural que tiene el hombre y la música en sí misma de ir explorando la belleza o la creación de obras, tomando elementos con raíz en otros lugares. No necesariamente viene a reemplazar sino a sumar, porque gracias a este género hay muchìsima gente que accedió a la ópera de una forma más amable y menos conservadora y eso ya es un logro en sí mismo. Por lo tanto jamás se podría enfrentar a ambos géneros, ya que de alguna manera, uno alimenta al otro. La ópera inspira, mientras que el classical crossover invita a un nuevo descubrimiento. 

NICOLAS MANSERVIGI es cantante y escritor argentino. Su práctica se desarrolla entre la música, la literatura, el teatro y el cine. Ya sea como solista o miembro del trío Noialtri, Nicolás forma parte del mundo del classical crossover latino, al punto de ser un referente argentino del estilo musical. Su actual repertorio va desde Kurt Weill y Piaf hasta piezas icónicas del Teatro Musical y de la Música Argentina. Actualmente se encuentra trabajando en su próximo disco dedicado a la canción italiana, mientras realiza presentaciones en vivo junto a Noialtri.
Es un honor contar con Nicolás para que forme parte de nuestro segmento “Classical Crossover Thursday” con su columna mensual, en la que abarcará diversos temas relacionados con el estilo crossover y el mundo artístico en general, aportando su interesante enfoque y opinión como artista.

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