CRÉDITOS: ENRICO FANTONI

El enfoque que la Gala tuvo es el mismo que tiene el abono Nuova Harmonia desde hace tiempo:  Formar puentes entre lo clásico y contemporáneo de la danza. Esta conexión o fusión no solamente se hace evidente en repertorio de obras que se seleccionan para un mismo espectáculo, sino mismo también en la inclusión de reversiones de piezas legendarias en el ámbito del ballet. Como bien fue citado enfáticamente en el programa de mano, el pasado tiene que ser la base para todo lo que viene. Así fue como la gala de “Etoiles italianas por el mundo” gozo de momentos de clasicismo y contemporaneidad del baile, demostrados en una técnica exquisita por los diversos bailarines convocados.

Abriendo y cerrando la noche estuvo la Etoile de la ópera de Paris y directora de la ópera de Roma, Eleonora Abbagnato, quien supo rendir homenaje a esta idea de siempre innovar en el arte de la danza, como así también a una de sus figuras más importantes de su carrera: Roland Petit. Fue este célebre coreógrafo francés quien acuño la frase que más arriba mencionamos, fundamentando esta postura de nunca perder lo clásico, sin dejar de mirar hacia adelante. La primera pieza de la noche fue “La Rose Malade”, una mítica coreografía de Petit que en su momento la hizo Maya Plisétskaya (uno de los exponentes más importantes en la historia del ballet), con música de Mahler y acompañada de Giuseppe Picone. La última, fue una pieza que el coreógrafo elucubro inspirándose en Fred Astaire y en la mundialmente famosa e histórica canción Cheek to Cheek. Este gran contraste entre el comienzo y fin de la gala fue constante durante toda la noche, donde las piezas elegidas fueron posicionadas estratégicamente para justamente enfatizar este contraste y unión a la vez.


CRÉDITOS: ENRICO FANTONI

El segundo acto fue el que más aplausos se llevo, con grandes ovaciones a los jóvenes bailarines que interpretaron el Don Quijote de Baryshnikov y El Corsario de Petipa, entre los cuales queremos destacar a Francesco Gabriele Frola (Primer bailarín del National Ballet of Canada y del English National Ballet), Svetlana Lunkina (Primera bailarina del National Ballet of Canada) y Alessio Rezza (rimer bailarín del Teatro dell’Opera di Roma). Parecería, por el nivel de ovación de los espectadores, que el público argentino tiene una gran predilección por el clasicismo. Sin embargo, cabe resaltar que la coreografía ideada e interpretada por Damiano Ottavio Bigi, sumamente experimental para el paladar de muchos, fue cálidamente celebrada por los asistentes durante la Gala del día de ayer.

Así fue como el abono de Nuova Harmonia tuvo un excelente comienzo de temporada, repleto de figuras de altísimo nivel y con un público dispuesto a encaminarse en este mundo, en donde lo contemporáneo y lo clásico es igualmente celebrado. Pese a que seguramente a algunos puristas de la danza no les debe haber causado mucha gracia el cierre con “Cheek to Cheek”, creo que es este tipo de propuestas las que hacen destacar el escenario del Coliseo como uno de los pocos en el territorio en materia de Ballet, en donde realmente se da lugar a las nuevas caras y expresiones artísticas.

Junto a Eleonora Cassano.
CRÉDITOS: ENRICO FANTONI
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